
“La oposición ha sido eliminada. A los nicaragüenses se les ha despojado del derecho humano y derecho civil básico de votar en elecciones creíbles, incluyentes y transparentes”, expresó Borrell en un comunicado.
Las elecciones en Nicaragua están pautadas para el 7 de noviembre, y en ellas se elegirá un presidente, un vicepresidente, 92 diputados a la Asamblea Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano (Parlacen). Ortega se ha postulado para un cuarto período presidencial consecutivo.
La semana pasada, las autoridades nicaragüenses pusieron a un candidato vicepresidencial opositor bajo arresto domiciliario, en otra muestra de represión política.
Borrell condenó la decisión de las autoridades nicaragüenses del viernes pasado de despojarle de su estatus legal al último partido opositor que quedaba: Ciudadanos por la Libertad (CxL).
“El presidente y (la vicepresidenta y primera dama Rosario) Murillo deben cesar esta espiral autocrática”, manifestó el comisionado.
La semana pasada, la UE le impuso sanciones a Murillo y a otros siete funcionarios nicaragüenses acusados de violaciones a los derechos humanos y de socavar la democracia. Entre otras medidas, se congelaron los activos de esas personas en Europa y no podrán viajar en el continente.

Su madre, desconsolada, no acababa de aceptarlo. “Le pedí que no se fuera porque podemos vivir aquí”, repetía una y otra vez, “pero él ya había tomado la decisión”.
Compartieron en silencio la poca comida que tenían, apenas un par de chiles con ajonjolí. La tristeza de su madre caía sobre Víctor como una losa. Lo mejor era moverse. Necesitaba encontrar un lugar en el que cargar su teléfono “para poder recibir llamadas del coyote. Tiene que decirme dónde y cuándo nos vamos a ver”.
Salió al camino de tierra repleto de baches que comunica su comunidad con el resto del país para que alguien le diera jalón hasta algún lugar con electricidad, a kilómetros de distancia. Se montó en una motocicleta y desapareció.
Esta historia es parte de una serie, Después del Diluvio, producida con apoyo del Pulitzer Center on Crisis Reporting.
A los 26 años, Cal no veía otra opción que irse. La aldea en la que vivía ofrecía un futuro de hambre y muerte. Para él, Estados Unidos se convertía en la única opción de futuro.
Otros 11 hombres de la aldea ya habían emprendido el camino en lo que va de año. Las autoridades estadounidenses han detenido a más 150.000 guatemaltecos en su frontera sur en 2021, cuatro veces más que en 2020.

“Simplemente está garantizado que irá a peor”, dijo la coautora del informe Linda Mearns, científica climática de del Centro Nacional estadounidense de Investigación Atmosférica. “No veo que ninguna zona esté a salvo (...) No hay ningún lugar al que correr, ningún lugar donde esconderse”.
Pero los científicos también rebajaron un poco las probabilidades de que se den las peores catástrofes climáticas.
El reporte del Comité Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que describe el cambio climático como “inequívoco” y claramente provocado por el ser humano, hace previsiones más precisas y cálidas para el siglo XXI que en su edición anterior, publicada en 2013.
Todas y cada una de las cinco hipótesis de futuro, clasificadas en función de cuánto se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono, superan el más estricto de los umbrales fijados por el Acuerdo Climático de París de 2015.

Los flujos piroclásticos -aludes de rocas, ceniza y gases volcánicos- brotaban desde el creciente domo de lava en el cráter de la montaña.
La montaña de 2.968 metros (9.737 pies) está en la isla de Java cerca de Yogyakarta, una antigua ciudad donde viven cientos de miles de personas y rodeada de suburbios. La ciudad también es un núcleo cultural javanés y la sede de centenarias dinastías reales.
La última erupción importante del Merapi, en 2010, mató a 347 personas. Se recomendó a los aldeanos que viven en las fértiles laderas del Merapi que se mantuvieran a 5 kilómetros (3,1 millas) del cráter.
Parte del domo de lava empezó a colapsar el domingo, cuando comenzó la nueva erupción, explicó Hanik Humaida, directora del Centro de Mitigación de Riesgos Geológicos y Vulcanología de Yogyakarta. La primera erupción expulsó cenizas calientes que se alzaron hasta 1.000 metros (3.280 pies) en la atmósfera.
La montaña expulsó al menos tres nuevos flujos piroclásticos el lunes, dijo Humaida.
El monte Merapi es el más volátil de los más de 120 volcanes activos en Indonesia, y ha hecho erupción varias veces con lava y nubes de gas. Es uno de los más activos del mundo, señaló la experta, con erupciones que suelen durar varios días.
El Centro de Mitigación de Riesgos Geológicos y Vulcanología no subió el nivel de alerta del Merapi, que ya estaba en el segundo más alto de cuatro niveles desde que empezó a hacer erupción el pasado noviembre.
Indonesia, un archipiélago con 270 millones de habitantes, es propenso a los temblores y a la actividad volcánica porque se encuentra en el Anillo de Fuego del Pacífico, un arco de fallas sísmicas en torno al Océano Pacífico.

“Estoy agradecida”, dijo el jueves a The Associated Press Johana Padrón, de 31 años y 35 semanas de gestación. Ella llegó junto a otra veintena de mujeres convocadas para la jornada a un policlínico capitalino. “Ha sido un gran logro. Antes no nos podíamos vacunar porque no sabíamos cuál era la reacción”.
En días recientes, el Ministerio de Salud indicó que serían vacunadas las mujeres cursando el segundo y tercer trimestre de embarazo y las lactantes mayores de 19 años.
Una a una las madres y gestantes fueron revisadas por un médico, se les tomó la temperatura y la presión y se les dio una charla informativa sobre COVID-19 y su salud. Tras vacunarlas se mantuvieron en observación para monitorear posibles reacciones.
Las embarazadas reciben Abdala, uno de los dos inmunizantes creados por Cuba en un esquema de tres dosis. La isla es la única nación latinoamericana que tiene antígenos propios y los científicos aseguran que su eficacia es superior al 90% contra el desarrollo de la enfermedad.
Cifras oficiales indicaron que entre marzo y diciembre de 2020 se contagiaron 110 embarazadas, mientras que de enero a mediados de julio de 2021 la cifra ascendió a dos mil. El presidente Miguel Díaz-Canel dijo que unas 22 gestantes habían fallecido por COVID-19.