Trump PutinWASHINGTON (AP) — El presidente estadounidense Donald Trump modificó drásticamente el miércoles tres años de política de Estados Unidos hacia Ucrania, diciendo que él y el mandatario ruso Vladimir Putin habían acordado comenzar negociaciones para poner fin a la guerra tras un repentino intercambio de prisioneros.
Trump indicó que pasó más de una hora en el teléfono con Putin, y dijo creer “que estamos en camino de lograr la paz”. Señaló también que más tarde habló con el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, pero se mostró evasivo con respecto a si Ucrania sería un participante en igualdad de condiciones en las negociaciones de Washington con Moscú.
“Creo que el presidente Putin quiere la paz y el presidente Zelenskyy quiere la paz y yo quiero la paz”, les dijo Trump a los periodistas en la Oficina Oval. “Sólo quiero ver que se deje de matar gente”.
Con respecto a su conversación con Putin, Trump comentó: “La gente realmente no sabía cuáles eran los pensamientos del presidente Putin. Pero creo que puedo decir con gran confianza que él también quiere que esto termine, así que eso es bueno, y vamos a trabajar para lograr que se acabe lo más rápido posible”.
Trump señaló que “probablemente” se reuniría en persona con Putin en el corto plazo, y dejó entrever que eso podría suceder en Arabia Saudí.
La conversación de Trump con Putin envió una señal potencialmente impactante de que Washington y Moscú podrían trabajar para llegar a un acuerdo con el fin de que se acaben los combates en Ucrania, pero eludiendo al gobierno de ese país. Eso se distanciaría de la estrategia del gobierno del presidente Joe Biden, que insistió firmemente en que Kiev participaría totalmente en cualquier decisión que se tome.
Cuando se le preguntó específicamente sobre si Ucrania sería un miembro en pie de igualdad en el proceso de paz, Trump respondió: “Pregunta interesante. Creo que tienen que hacer la paz”.
En otro golpe a las aspiraciones de Ucrania de inclinarse hacia Occidente, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, declaró en la sede de la OTAN en Bruselas que era poco realista pensar que Kiev será miembro de la alianza atlántica.
“En lo personal, no creo que sea práctico tenerla”, declaró Trump más tarde sobre el ingreso de Ucrania a la OTAN. Dijo también que Hegseth había dicho “que es poco probable o impráctico. Creo que probablemente eso es cierto”.
Después de que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, el gobierno de Biden se sumó a otros miembros de la OTAN al afirmar que el ingreso de ese país a la alianza militar occidental era “inevitable”.
Trump dijo el miércoles sobre Rusia: “Creo que mucho antes de que el presidente Putin, ellos dijeron que de ninguna manera permitirían eso”.
“Han estado diciendo durante mucho tiempo que Ucrania no puede entrar en la OTAN”, declaró Trump. “Y estoy de acuerdo con eso”.
Respuesta del Kremlin y de Zelenskyy
A pesar todo eso, Zelenskyy trató de mostrar buena cara ante lo que muchos en Ucrania considerarán una gran decepción. En una publicación en redes sociales, dijo que él tuvo “una conversación significativa” con Trump que incluyó un diálogo sobre “oportunidades para lograr la paz” y la “disposición” de Kiev para “trabajar juntos a nivel de equipo”.
“Estoy agradecido con el presidente Trump”, manifestó.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la conversación entre Trump y Putin abarcó una amplia cantidad de temas, incluidos Oriente Medio e Irán, pero que el enfoque principal fue sobre Ucrania.
Peskov indicó que Trump pidió un cese rápido de las hostilidades y un acuerdo pacífico, y que “el presidente Putin, a su vez, enfatizó la necesidad de eliminar las causas fundamentales del conflicto y coincidió con Trump en que podría lograrse un acuerdo a largo plazo a través de negociaciones de paz”.
“El presidente ruso respaldó una de las principales tesis del presidente de Estados Unidos de que ha llegado el momento de que nuestros dos países trabajen juntos”, dijo Peskov a los periodistas. “El presidente ruso invitó al presidente de Estados Unidos a visitar Moscú y expresó su disposición a recibir a funcionarios estadounidenses en Rusia para tratar asuntos de interés mutuo, naturalmente incluyendo el de Ucrania, la resolución ucraniana”.
Mientras tanto, Ucrania ha ofrecido llegar a un acuerdo con Trump para seguir recibiendo ayuda militar estadounidense a cambio de desarrollar la industria mineral de Ucrania, que podría proporcionar una valiosa fuente de elementos de tierras raras, los cuales son esenciales para muchos tipos de tecnología.
Trump dejó entrever que la ayuda seguiría fluyendo, pero que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, estaba en Ucrania trabajando para obtener garantías por escrito de que Estados Unidos tendría acceso a sus elementos de tierras raras, y petróleo y gas.
“Estamos pidiendo seguridad sobre nuestro dinero”, apuntó Trump, y destacó sobre Ucrania: “Ellos han aceptado eso”.
Zelenskyy tuiteó previamente sobre la reunión con Bessent, diciendo que “valoramos nuestra sociedad con Estados Unidos” y “nos esforzamos por ampliar nuestras capacidades conjuntas”.
Cuando se le preguntó acerca de las opiniones de Trump sobre Rusia y Putin, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo: “Creo que esta nación ve a Putin y a Rusia como un gran competidor en la región. En ocasiones, un adversario”. Pero también indicó con respecto a Trump: “A veces, él disfruta tener buenas relaciones diplomáticas con líderes de todo el mundo”.
Trabajar más estrechamente con Putin sobre Ucrania contradice la postura mantenida durante mucho tiempo por Biden, quien, junto con sus principales asesores de seguridad nacional, insistió repetidamente: “Nada sobre Ucrania sin Ucrania”.
El vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el enviado especial de Trump para Rusia y Ucrania, el general retirado Keith Kellogg, estarán en Alemania esta semana para la Conferencia de Seguridad de Múnich, a la que también asistirá Zelenskyy.
Llamadas tras el intercambio de prisioneros entre EEUU y Rusia
La llamada de Trump a Putin el miércoles, y el enorme cambio de política resultante, siguieron a un intercambio de prisioneros en el que Rusia liberó a Marc Fogel, maestro escolar de Pensilvania, después de más de tres años de detención a cambio del criminal ruso convicto Alexander Vinnik.
La Casa Blanca dijo que el intercambio de prisioneros era evidencia de un deshielo diplomático que podría favorecer un avance en las negociaciones para poner fin a los combates en Ucrania.
En una publicación en redes sociales en la que dio detalles sobre su llamada con Putin, Trump escribió: “Cada uno de nosotros habló sobre las fortalezas de nuestras respectivas naciones, y el gran beneficio que algún día tendremos al trabajar juntos”.
Trump también hizo notar que “acordaron que sus respectivos equipos inicien negociaciones de inmediato”. El presidente nombró a Rubio, al director de la CIA John Ratcliffe, al asesor de seguridad nacional Michael Waltz y a su enviado especial para Oriente Medio, Steven Witkoff, con el fin de que encabecen esas conversaciones.
Fogel —de quien se consideraba había sido detenido injustamente por Rusia— fue arrestado en agosto de 2021 por posesión de marihuana y estaba cumpliendo una sentencia de 14 años de prisión. Había sido excluido de intercambios de prisioneros anteriores con Moscú que el gobierno de Biden había negociado.
Vinnik —la otra persona involucrada, según dos funcionarios estadounidenses— fue arrestado en 2017 en Grecia a solicitud de Washington por cargos de fraude en criptomonedas, y fue extraditado a Estados Unidos, donde el año pasado se declaró culpable de asociación delictuosa para cometer lavado de dinero.
Está detenido en California a la espera de ser trasladado a Rusia, dijeron los funcionarios. El Kremlin confirmó que un ciudadano ruso fue liberado en Estados Unidos a cambio de Fogel, pero se negó a identificarlo hasta que llegue a territorio ruso.
Trump recibió a Fogel en la Casa Blanca el martes por la noche tras su regreso a Estados Unidos en el avión personal de Witkoff.
El periodista de la AP Eric Tucker contribuyó desde Washington.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
WILL WEISSERTt covers national politics and the White House for The Associated Press. He is based in Washington.
ZEKE MILLER is AP’s chief White House correspondent
POR  MATTHEW LEE, WILL WEISSERT and ZEKE MILLER
(AP Foto/Aex Brandon)
Periodista APNUEVA YORK (AP) — La Casa Blanca impidió el martes a un reportero de The Associated Press cubrir un evento en el Despacho Oval después de exigir a la agencia de noticias que altere su estilo sobre el Golfo de México, el cual el presidente Donald Trump ha ordenado renombrar como “Golfo de Estados Unidos”.
El reportero, cuya identidad no será dada a conocer por la AP, intentó ingresar al evento de la Casa Blanca como de costumbre el martes por la tarde y fue rechazado. Horas más tarde, se le prohibió el acceso a un segundo reportero de la AP para un evento en la Sala Diplomática de la Casa Blanca.
El inusual veto, que los funcionarios de Trump poco antes habían amenazado con imponer a menos que la AP cambiara su estilo sobre el Golfo de México, podría tener implicaciones constitucionales sobre la libertad de expresión.
Julie Pace, vicepresidenta senior y directora ejecutiva de The Associated Press, calificó la medida de inaceptable.
“Es alarmante que el gobierno de Trump castigue a la AP por su periodismo independiente”, dijo Pace en un comunicado. “Limitar nuestro acceso al Despacho Oval con base en el contenido del discurso de la AP no sólo obstaculiza gravemente el acceso del público a noticias independientes, sino que a todas luces viola la Primera Enmienda” de la Constitución de Estados Unidos.
El gobierno de Trump no hizo anuncios sobre la medida hasta el momento, y no había indicios de que otros periodistas se vieran afectados. Trump ha tenido durante mucho tiempo una relación hostil con los medios. El viernes, la administración expulsó a un segundo grupo de organizaciones de noticias del espacio de oficinas del Pentágono.
Antes de su investidura el 20 de enero, Trump anunció planes para cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de Estados Unidos”, y firmó una orden ejecutiva en ese sentido tan pronto como asumió el cargo. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió sarcásticamente y otros señalaron que el cambio de nombre probablemente no afectaría el uso global.
Además de Estados Unidos, el cuerpo de agua —llamado Golfo de México desde hace más de 400 años— también colinda con México.
La AP dijo el mes pasado, tres días después de la toma de posesión de Trump, que continuaría refiriéndose al Golfo de México como tal mientras también informaba de la decisión de Trump de rebautizarlo. Como una agencia de noticias global que difunde noticias en todo el mundo, la AP señala que debe asegurarse de que los nombres de lugares y la geografía sean fácilmente reconocibles para todas las audiencias.
El estilo de la AP no sólo es utilizado por la agencia. El Manual de Estilo de AP es empleado por miles de periodistas y otros redactores a nivel mundial.
Prohibirle la entrada a un reportero de la AP fue un agravio a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que prohíbe al gobierno obstaculizar la libertad de prensa, dijo Tim Richardson, director del programa de periodismo y desinformación de PEN America.
La Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca señaló que la acción de la residencia presidencial era inaceptable y pidió al gobierno cambiar de rumbo.
“La Casa Blanca no puede dictar cómo las organizaciones de noticias informan las noticias, ni debería penalizar a los periodistas en activo porque no está satisfecha con la decisión de sus editores”, señaló Eugene Daniels, presidente de la asociación.
Esta semana, Google Maps comenzó a usar “Golfo de Estados Unidos” con el argumento de que tenía una “añeja práctica” de seguir lo dispuesto por el gobierno de Estados Unidos en tales asuntos. El otro proveedor líder de mapas en línea, Apple Maps, aún estaba utilizando “Golfo de México” el martes temprano, pero para la tarde había cambiado el nombre a “Golfo de Estados Unidos” en algunos buscadores, aunque al menos una búsqueda encontró resultados para ambos.
Trump también decretó que la montaña en Alaska conocida como monte McKinley y luego por su nombre indígena, Denali, retomara el nombre en honor al 25to presidente de Estados Unidos. El presidente Barack Obama había ordenado que se rebautizara como Denali en 2015. La AP dijo el mes pasado que utilizará el cambio de nombre oficial a monte McKinley porque el área se encuentra exclusivamente en Estados Unidos y Trump tiene la autoridad para cambiar los nombres geográficos federales dentro del país.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
DAVID BAUDER
 is the AP’s national media writer, covering the intersection of news, politics and entertainment. He is based in New York.
(Foto/Alex Brandon)
Trump gestoWASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump necesitará que la Corte Suprema, con tres jueces que él nombró, permita la más agresiva de las muchas acciones que ha tomado en apenas las primeras semanas de su segundo mandato en la Casa Blanca.
Pero incluso una mayoría conservadora con una visión sólida del poder presidencial podría resistirse a algunas de las cosas que el presidente quiere hacer.
El año pasado, la Corte Suprema le dio a Trump importantes victorias que ayudaron a despejar posibles obstáculos para su reelección, al posponer su juicio penal en Washington, DC, y luego otorgarle inmunidad procesal por acciones oficiales. Pero el primer mandato de Trump estuvo marcado por derrotas significativas, así como algunas victorias, en la corte.
“Será una prueba extraordinaria para la Corte Roberts si está dispuesta a defender los principios constitucionales que ha abrazado durante mucho tiempo”, dijo Michael Waldman, presidente del Centro Brennan de la Universidad de Nueva York y autor de un libro que critica a la corte. “Algunas de las cosas que hemos visto son tan descaradamente inconstitucionales que confío en que la corte se mantendrá firme. Otras cosas que se alinean con la acumulación de poder de la presidencia me ponen muy nervioso”.
No faltan cuestiones que podrían llegar al tribunal más alto del país. Los tribunales inferiores ya han suspendido las órdenes sobre la ciudadanía por nacimiento, han congelado las subvenciones y préstamos gubernamentales y han emitido una orden de compra de los trabajadores federales.
Se han presentado otras demandas por restricciones a las personas transgénero, límites a los solicitantes de asilo, esfuerzos para cerrar la USAID , el acceso de Elon Musk y su equipo a datos confidenciales y el despido de funcionarios de agencias federales independientes.
En su primer mandato, Trump tuvo un éxito desigual en la Corte Suprema. Por 5 votos a 4, los jueces confirmaron su prohibición de viajes a Estados Unidos a personas de varios países mayoritariamente musulmanes, pero sólo después de que los tribunales bloquearan las dos primeras versiones de la misma.
Los mismos cinco jueces conservadores respaldaron el despido por parte de Trump del director de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor y allanaron el camino para que la administración utilice miles de millones de dólares de fondos del Pentágono para construir secciones de un muro fronterizo con México, mientras continuaba una demanda por el dinero.
Al mismo tiempo, el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se unió al bloque liberal de cuatro jueces de la corte para impedir que Trump pusiera fin al programa DACA para inmigrantes que fueron traídos aquí cuando eran niños. La misma mayoría de cinco jueces también impidió que la administración incluyera una pregunta sobre la ciudadanía en el censo de 2020.
Roberts también reprendió sin rodeos a Trump por denunciar a un juez que rechazó su política de asilo para migrantes como un “juez de Obama”.
Una gran diferencia con la primera presidencia de Trump es que ahora solo hay tres jueces liberales, después de que la muerte de Ruth Bader Ginsburg en septiembre de 2020 le permitiera a Trump nombrar a una tercera jueza, Amy Coney Barrett, en los últimos meses de su mandato. Ella se unió a los anteriores designados por Trump, Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh.
La ciudadanía por derecho de nacimiento podría ofrecer una prueba temprana y crítica
El tema que podría ser el primero en la lista esta vez es la orden de Trump de poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento para los hijos de padres que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente. El gobierno ya ha indicado que apelará el fallo de un juez que hasta ahora lo ha bloqueado.
Dependiendo de qué tan rápido actúe el tribunal federal de apelaciones en San Francisco, una apelación de emergencia a la Corte Suprema podría llegar en unas semanas si el Departamento de Justicia de Trump quiere presionar a los tribunales para que permitan que la orden entre en vigor mientras continúa la lucha legal.
Si bien existe cierto apoyo en los círculos legales a lo que Trump está intentando hacer, la opinión más generalizada entre los académicos liberales y conservadores es que esta es una pelea que el presidente no ganará.
"Soy extremadamente escéptico respecto de que haya alguna votación a favor de la orden ejecutiva de ciudadanía por derecho de nacimiento tal como está redactada", dijo Jonathan Adler, profesor de derecho en la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, quien se describe a sí mismo como de centroderecha.
¿Se mantendrá la orden de Trump de congelar el gasto federal?
El esfuerzo ahora suspendido de Trump para congelar el gasto federal y su llamado a cerrar USAID también podrían encontrar resistencia, incluso frente a la corte conservadora, aunque reducciones más modestas podrían tener mejores resultados.
“El tribunal será más escéptico, especialmente si la administración intenta desmantelar por completo una agencia que fue creada por estatuto”, dijo el profesor de derecho de la Universidad de Villanova, Michael Moreland, quien trabajó en la Casa Blanca de George W. Bush.
La historia de la prohibición de viajes, que el tribunal finalmente confirmó después de ser revisada dos veces, es instructiva, dijo Adler.
“Si se hace un anuncio amplio que es un poco brusco, un poco agresivo, que va más allá de los límites, y luego se vuelve a un espacio más defendible después de la resistencia, se obtiene un resultado más modesto, pero igualmente dramático”, dijo.
La administración Biden encontró una manera legalmente defendible de no gastar el dinero del muro fronterizo que el Congreso asignó. “Hay mucho más juego en las articulaciones de lo que la gente reconoce”, dijo Adler.
El poder del presidente para despedir está más firme
Trump está más firme en su despido de Gynne A. Wilcox, miembro de la Junta Nacional de Relaciones Laborales, y de Charlotte Burrows y Jocelyn Samuels, miembros de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, todas demócratas.
Wilcox ya presentó una demanda, argumentando que la ley federal la protege de ser despedida arbitrariamente.
Pero incluso sus abogados reconocieron en su presentación que su demanda podría dar lugar a un desafío ante la Corte Suprema a un precedente de 90 años que Roberts y otros conservadores ya han reducido. El caso conocido como Humphrey's Executor sostuvo que el presidente Franklin Roosevelt no podía despedir arbitrariamente a un miembro de la Comisión Federal de Comercio, una decisión que también se aplicaba a otras agencias federales independientes.
Sin embargo, esa decisión se topa con una teoría legal adoptada por los conservadores que dice que la Constitución otorga todo el poder ejecutivo al presidente, la única persona que rinde cuentas a todo el electorado estadounidense.
En el caso de la CFPB de 2020, Roberts desestimó la queja de la jueza Elena Kagan de que el tribunal estaba eliminando “una medida de independencia de la presión política”.
Roberts dejó en pie al albacea de Humphrey, pero lo disminuyó, aun cuando el juez Clarence Thomas y Gorsuch escribieron que ellos habrían seguido adelante y lo habrían anulado.
"Si tuviera que especular, diría que, si no se anularía por completo, al menos se restringiría severamente", dijo Moreland.
Por  MARK SHERMAN
(Chip Somodevilla/Pool Photo via AP)
Musk recortando empleosWASHINGTON (AP) — El asesor más poderoso del presidente Donald Trump, Elon Musk, tuvo una inusual aparición pública en la Casa Blanca el martes para defender los rápidos y extensos recortes que está impulsando en el gobierno federal, aunque reconoció que ha habido errores y que habrá más.
Musk se situó junto al escritorio presidencial con su hijo pequeño mientras Trump elogiaba el trabajo de Musk con su Departamento de Eficiencia Gubernamental, diciendo que han encontrado pruebas “impactantes” de gastos innecesarios. El presidente republicano firmó una orden ejecutiva para expandir la influencia de Musk y continuar reduciendo la fuerza laboral federal.
A pesar de las preocupaciones de que está acumulando un enorme poder con poca transparencia, Musk se describió a sí mismo como un libro abierto mientras respondía preguntas de los reporteros por primera vez desde que se unió al gobierno de Trump como un empleado gubernamental especial.
Bromeó diciendo que el escrutinio sobre su amplia influencia en las agencias federales era como someterse a una “prueba de proctología a diario”. También afirmó que el trabajo del DOGE se estaba compartiendo en su sitio web y en X, la plataforma de redes sociales de la que es propietario Musk.
Sin embargo, el sitio web del DOGE no tiene información, y las publicaciones en X a menudo carecen de muchos detalles, incluyendo qué programas están siendo recortados y dónde tiene acceso la organización.
La Casa Blanca también ha trabajado para limitar la supervisión independiente. El inspector general de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional fue despedido al día siguiente de advertir que se había vuelto casi imposible monitorear 8.200 millones en fondos humanitarios después de que el DOGE comenzara a desmantelar la agencia.
Musk defendió el trabajo del DOGE como “sentido común” y “no draconiano ni radical”.
“El pueblo votó por una reforma gubernamental a gran escala y eso es lo que el pueblo va a obtener”, dijo. “De eso se trata la democracia”.
Musk reconoció, en respuesta a una pregunta sobre declaraciones falsas de que Estados Unidos estaba gastando 50 millones de dólares en preservativos para Gaza, que algunas de las afirmaciones que ha hecho sobre los programas gubernamentales han sido incorrectas.
“Algunas de las cosas que digo serán incorrectas y deben ser corregidas. Así que nadie puede batear 1.000”, dijo, en alusión a una estadística perfecta. El empresario prometió que actuaría rápidamente para corregir errores y reconoció que el DOGE también podría estar cometiendo errores.
“Nos estamos moviendo rápido , así que cometeremos errores, pero también corregiremos los errores muy rápidamente”, dijo Musk. Dijo que hay algunas buenas personas dentro de la burocracia federal, pero que deben rendir cuentas.
Musk describió a la fuerza laboral como un cuarto poder “no elegido” que tiene “más poder que cualquier representante electo”.
La orden ejecutiva firmada por Trump establece que un representante del DOGE deberá aprobar casi todas las nuevas contrataciones, una consolidación dramática de la gestión del personal en todo el gobierno federal.
“La agencia no cubrirá ninguna vacante para nombramientos de carrera que el líder del equipo del DOGE evalúe que no deben ser cubiertas, a menos que el jefe de la agencia determine que las posiciones deben ser ocupadas”, dice el decreto.
Además, la Oficina de Administración y Presupuesto requerirá que las agencias “contraten a no más de un empleado por cada cuatro empleados que se retiren”. Habrá excepciones en lo que respecta a inmigración, orden público y seguridad pública.
Los líderes de las agencias también recibieron órdenes de planificar “reducciones masivas de personal”. Se priorizarán las funciones gubernamentales no requeridas por la ley para su eliminación.
Trump y Musk ya están presionando a los trabajadores federales para que renuncien a cambio de incentivos financieros, aunque su plan está suspendido mientras un juez evalúa su legalidad.
El programa de renuncia diferida, comúnmente descrito como un paquete de liquidación, permitiría a los empleados renunciar y seguir recibiendo su salario hasta el 30 de septiembre. Funcionarios del gobierno dijeron que más de 65.000 trabajadores han aceptado la oferta.
Cientos de personas se reunieron para una marcha el martes frente al Capitolio de Estados Unidos en apoyo a los trabajadores federales. Janet Connelly, una diseñadora gráfica del Departamento de Energía, dijo que está harta de los correos electrónicos de la Oficina de Gestión de Personal que animan a las personas a aceptar el programa de renuncia diferida.
Intentó utilizar la configuración de spam para filtrar los correos electrónicos, pero no tuvo éxito. Connelly señaló que no tiene planes de aceptar la oferta. “Desde el principio, no confié en ello”, afirmó. Connelly dijo que considera que su trabajo es un importante servicio para el público estadounidense.
“Es demasiado fácil denigrarnos”, comentó.
Otros han dicho que el miedo y la incertidumbre han invadido a la fuerza laboral federal.
“Están preocupados por sus empleos. Están preocupados por sus familias. También están preocupados por su trabajo y por las comunidades a las que sirven”, dijo Helen Bottcher, una exempleada de la Agencia de Protección Ambiental y actual líder sindical en Seattle.
Bottcher participó en una conferencia de prensa que organizó la senadora demócrata Patty Murray.
Murray dijo que los trabajadores “merecen algo mejor que ser amenazados, intimidados y presionados a renunciar por parte de Elon Musk y Donald Trump”. También afirmó que “realmente necesitamos que estas personas se queden en sus trabajos o las cosas comenzarán a desmoronarse”.
Una abogada del gobierno, quien habló con The Associated Press bajo condición de anonimato por miedo a represalias, dijo que es un momento aterrador para ser un empleado federal. Indicó que a la gente le preocupa que sus teléfonos y computadoras estén siendo monitoreados. Ella es una madre soltera con una hija pequeña, y su padre le ha insistido en que acepte un trabajo más seguro en el sector privado.
Pero se ha mostrado escéptica ante el programa de renuncia diferida, enfatizando que aceptar la oferta implica que los trabajadores no pueden presentar una demanda si no se les paga el monto que se les prometió.
La idea, dijo, era una locura.
Price informó desde Nueva York. Los periodistas de Associated Press Martha Bellisle en Seattle, Rebecca Santana en Washington y Brian Witte en Annapolis, Maryland, contribuyeron a este despacho.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
CHRIS MEGERIAN covers the White House for The Associated Press. He previously wrote about the Russia investigation, climate change, law enforcement and politics in California and New Jersey.
MICHELLE L. PRICE is a national political reporter for The Associated Press. She is based in New York.
(Foto/Alex Brandon)
Politica internacionalLos saudíes están furiosos. Los daneses no saben qué hacer. Colombia ha retrocedido. México y Canadá están entre tener y no tener aranceles. China ha tomado represalias, desencadenando una guerra comercial entre las superpotencias económicas. Los británicos, siempre orgullosos de su “relación especial” con Estados Unidos, están recurriendo a su tradición de diplomacia discreta.
Es como si el presidente Donald Trump hubiera lanzado una bolsa de canicas a través del escenario global, bajo los pies de líderes extranjeros que a menudo han avanzado juntos a lo largo de ocho décadas de orden global posguerra.
Todos, parece, están respondiendo a Trump, incluso el líder de Australia, cuando la semana pasada le pidieron su reacción después de que Trump anunciara que Estados Unidos “tomaría control” de la devastada Franja de Gaza y la convertiría en la “Riviera de Oriente Medio”.
“No voy a, como primer ministro de Australia, dar un comentario diario sobre las declaraciones del presidente de Estados Unidos”, declaró Anthony Albanese a los periodistas.
Reconocido públicamente o no, los líderes mundiales están observando el enfoque destructor de Trump hacia algunas instituciones gubernamentales estadounidenses y se preguntan sobre aquellas del orden posguerra fría: ¿Qué pasa con los roles de Estados Unidos en la OTAN, las Naciones Unidas, el Banco Mundial y otros pilares del orden internacional?
Sobre la OTAN, Trump ha cuestionado durante mucho tiempo el valor del pacto y ha amenazado con no defender a los miembros de la alianza que no cumplan con los objetivos de gasto en defensa.
En su primer día de regreso en la Oficina Oval, Trump comenzó a retirar a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud por segunda vez, un acto que dejaría a la agencia de la ONU sin su mayor donante. Los líderes de la OMS se reunieron para responder y pidieron a los diplomáticos que presionaran a Washington para revertir la decisión de Trump. Un enviado alemán se preocupó: “El techo está en llamas”.
“Las acciones de Trump presagian un cambio permanente, no solo un interruptor que se vuelve a activar en cuatro años”, escribió Heather Hurlburt, experta en asuntos políticos e internacionales de Chatham House, un centro de estudios en Londres.
Fuera de los círculos de liderazgo, cualquiera que dependa de la ayuda estadounidense para alimentos y medicinas está enfrentando las implicaciones de no tenerla después de la iniciativa de Trump para desmantelar USAID y su misión de seis décadas de estabilizar países mediante la ayuda humanitaria.
“Estamos esperando las decisiones, pero no somos muy, diría yo, optimistas”, indicó Arjana Qosaj Mustafa de la Red de Mujeres de Kosovo, un grupo paraguas de 140 ONGs. “Pero, no obstante, somos resilientes. Así que intentaremos hacer lo mejor posible”.
Envalentonado por su reelección y con ayuda de Elon Musk, Trump ha desatado su caos característico por distracción en el mundo.
“Inundar la zona” y los ejemplos establecidos
Las órdenes y declaraciones presidenciales —ha sugerido anexar Canadá y tomar control del Canal de Panamá— ocurren a una velocidad que puede atomizar la oposición. Ninguna persona o gobierno puede seguirles el rastro a todas. Y eso, más que la claridad, es el efecto de lo que los aliados de Trump llaman “inundar la zona”.
¿Tienes un problema con eso? Trump tiene una respuesta: trabaja y averígualo. Así lo expresó en redes sociales, con una grosería.
Pregúntale a Colombia qué sucede cuando dices no a Trump. Su presidente brevemente se negó a aceptar aviones llenos de inmigrantes deportados, hasta que Trump amenazó con imponer aranceles. Colombia aceptó a los inmigrantes. Boom, ejemplo establecido.
La táctica ha deleitado a los seguidores de Trump, quienes lo apoyaron durante la elección de 2024, influenciados en gran medida por su ansiedad sobre la economía y sus propias finanzas, según APVotecast. Trump dice que está tratando de ahorrar dinero de los contribuyentes y gastarlo en asuntos que se alinean con los intereses estadounidenses.
Groenlandia y la Franja de Gaza son otros ejemplos. Trump, quien dice promover una agenda de “Estados Unidos primero”, dice que Estados Unidos tomará control de esos territorios. Eventualmente descartó el uso del ejército para trasladar a otro lugar a los dos millones de habitantes de Gaza, pero su plan de desarrollar el enclave costero en un complejo turístico de lujo aparentemente sigue en pie.
No importa que amigos y enemigos consideran la idea inviable. La poderosa Arabia Saudí emitió un “rechazo absoluto” de ella. O que podría poner en peligro el frágil cese al fuego en Gaza y el tratado de paz entre Egipto e Israel. También podría violar el derecho internacional.
Además, los palestinos que regresan a lo que una vez fueron sus hogares después de 15 meses de implacables bombardeos dicen abrumadoramente que no se irán. Pero el plan de Trump ha encontrado apoyo en Israel, donde los líderes se han cuidado de decir que la salida sería “voluntaria” en lugar de una expulsión forzosa, lo que constituiría un crimen de guerra.
Líderes mundiales reaccionan
“No somos un mal aliado”, encontró necesario decirle a los periodistas la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, la semana pasada, como otros líderes que se defienden mientras responden a la administración Trump.
En este caso, según el Copenhagen Post, Frederiksen respondía a los comentarios del vicepresidente JD Vance en “Sunday Morning Futures” de Fox News, donde afirmó que Groenlandia “no está siendo un buen aliado”. Repitió que una adquisición estadounidense de Groenlandia era “posible”.
Esto ocurrió después de que Frederiksen viajara el mes pasado a capitales europeas para instar a otros países del continente a responder unánimemente contra la promesa de Trump de hacer de Groenlandia parte de Estados Unidos. Dinamarca también ha legislado para combatir el racismo hacia los groenlandeses y ha enviado 2.000 millones de dólares a la isla ártica para su seguridad.
Federiksen también compartió una foto en Facebook el 29 de enero de líderes europeos cenando en su casa, con la leyenda: “Siempre hemos estado unidos en los países nórdicos. Y con la nueva y más impredecible realidad a la que nos enfrentamos, las buenas y estrechas alianzas y amistades solo han cobrado mayor importancia”.
El sentimiento se está extendiendo a grupos más grandes. Una reciente reunión de líderes de la UE en Bruselas, que se suponía que era sobre el fortalecimiento de la defensa contra la amenaza rusa, terminó centrada en gran medida en Trump.
“Tenemos que hacer todo lo posible para evitar esta guerra de aranceles o guerra comercial totalmente innecesaria y estúpida”, indicó a los periodistas el primer ministro polaco, Donald Tusk. Afirmó que las amenazas de aranceles de Trump a la UE representan “una seria prueba” para la unidad europea, y “es la primera vez que tenemos un problema así entre aliados”. Los líderes europeos dijeron que iban a esperar para ver los detalles de lo que Trump está proponiendo.
Mientras tanto, en Groenlandia, los comentarios de Trump han alimentado una lucha generacional por la independencia total de Dinamarca y se han convertido en un tema clave antes de las elecciones de marzo. Algunos de sus líderes han dicho que la isla más grande del mundo, hogar de 57.000 personas, no quiere ser parte de Estados Unidos ni de Dinamarca.
“La desafortunada retórica ha causado mucha preocupación no solo en Groenlandia sino en el resto de la Alianza Occidental”, dijo a The Associated Press Naaja H. Nathanielsen, ministra de negocios y comercio de Groenlandia.
Sin embargo, los sentimientos no son unánimes. Los líderes de la extrema derecha europea aplaudieron la agenda de Trump en un mitin el sábado en Madrid bajo el lema “Hacer Europa grande de nuevo”. Entre los asistentes se encontraban el primer ministro húngaro Viktor Orban, el viceprimer ministro italiano Matteo Salvini, la líder del partido Agrupación Nacional de Francia, Marine Le Pen, y otros.
Algunos líderes restaron importancia a la amenaza de Trump de aumentar los aranceles a las importaciones europeas, diciendo que los impuestos y regulaciones de la UE representan mayores peligros para la prosperidad de la región. Pero cada orador tocó el tema de la inmigración ilegal, tan dolorosa y divisiva en Europa como en Estados Unidos.
Le Pen sostuvo que el grupo Patriotas por Europa tenía la mejor oportunidad de trabajar con Trump. “Nosotros”, dijo Le Pen, “somos los únicos que podemos hablar con la nueva administración de Trump”.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
LAURIE KELLMAN has covered U.S. politics and foreign affairs for the Associated Press, including 23 years reporting from Washington and three from Jerusalem. She is based in London.
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