
El intercambio de prisioneros entre Estados Unidos e Irán no es algo infrecuente y ambas naciones han intentado en años recientes lograr la liberación de detenidos. Pero cualquier movimiento entre los dos países es un tema particularmente delicado en un momento en que el gobierno del presidente Joe Biden intenta reanudar las negociaciones nucleares. Un pacto atómico alcanzado en 2015 entre las dos naciones incluía el intercambio de prisioneros.
El asunto salió a la luz pública con un reporte en Irán de un acuerdo para que la república islámica liberara prisioneros estadounidenses y británicos a cambio de miles de millones de dólares para Teherán. Autoridades de Estados Unidos desmintieron inmediatamente el reporte, aunque una persona al tanto de las discusiones, y que habló a condición de guardar el anonimato a fin de revelar detalles, dijo que las pláticas están activas y que se intercambian mensajes a través de intermediarios.

El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, calificó a las fuerzas armadas afganas como “razonablemente equipadas, razonablemente entrenadas y razonablemente dirigidas”.
Mencionó los años de experiencia que han acumulado en su lucha contra la insurgencia pero se negó a decir tajantemente que están en condiciones de enfrentar al Talibán sin respaldo internacional.
Milley habló con reporteros de la AP y con CNN en el avión cuando viajaba de Hawaii a Washington, pocas horas después del inicio formal de la retirada.
Cuando se le preguntó si creía que las fuerzas afganas están a la altura del desafío, respondió: “A la pregunta de si el ejército afgano se mantiene unido como fuerza combatiente o si se desintegra, creo que hay varios posibles escenarios, varios posibles resultados, varias posibilidades. Por un lado hay la posibilidad de resultados dramáticos, malos, pero por el otro, existe la posibilidad de unas fuerzas armadas que se mantengan unidas y un gobierno que se mantenga unido”.
“En cuanto cuál de esas posibilidades se harán realidad al final del asunto, pues francamente, no sabemos todavía. Tendremos que esperar y ver cómo se desarrollan los acontecimientos durante el verano”, añadió.

En vez de eso, fuerzas de seguridad leales a Maduro impidieron con violencia que el convoy humanitario cruzara la frontera. Ese fue el primero de varios errores de cálculo del gobierno del entonces presidente Donald Trump en su política para Venezuela.
Más de dos años después, la arriesgada táctica está siendo cuestionada por un organismo supervisor del gobierno estadounidense. Un nuevo informe del inspector general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) plantea dudas sobre si el envío de provisiones fue motivado por el intento estadounidense de provocar un cambio de régimen más que por un análisis técnico de las necesidades y de la mejor manera de ayudar a los venezolanos que lo requerían.
Las conclusiones fueron publicadas el 16 de abril pero no habían sido reportadas anteriormente.
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En su primer discurso ante el Congreso, señaló con optimismo el surgimiento de la nación del flagelo del coronavirus como un momento para que Estados Unidos demuestre que su democracia aún puede funcionar y mantener la primacía en el mundo.
Hablando en términos muy personales mientras exigía cambios estructurales masivos, el presidente marcó sus primeros 100 días en el cargo proponiendo una inversión de $ 1.8 billones en niños, familias y educación para ayudar a reconstruir una economía devastada por el virus y competir con competidores globales en ascenso.
Cobertura total: los primeros 100 días de Biden
Su discurso representó tanto una visión audaz como una apuesta considerable. Gobierna con la mayoría más reducida del Congreso, e incluso algunos miembros de su propio partido han palidecido ante el precio de sus propuestas.
Al mismo tiempo, el discurso destacó la creencia fundamental de Biden en el poder del gobierno como una fuerza para el bien, incluso en un momento en el que con tanta frecuencia es objeto de desprecio.
"Puedo informar a la nación: Estados Unidos está en movimiento nuevamente", dijo. Convertir el peligro en posibilidad. Crisis en oportunidad. Retroceso en la fuerza ".

En vez de eso, fuerzas de seguridad leales a Maduro impidieron con violencia que el convoy humanitario cruzara la frontera. Ese fue el primero de varios errores de cálculo del gobierno del entonces presidente Donald Trump en su política para Venezuela.
Más de dos años después, la arriesgada táctica está siendo cuestionada por un organismo supervisor del gobierno estadounidense. Un nuevo informe del inspector general de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés) plantea dudas sobre si el envío de provisiones fue motivado por el intento estadounidense de provocar un cambio de régimen más que por un análisis técnico de las necesidades y de la mejor manera de ayudar a los venezolanos que lo requerían.
Las conclusiones fueron publicadas el 16 de abril pero no habían sido reportadas anteriormente.