Florida deportacionesMIAMI (AP) — El listado de departamentos de policía local y agencias estatales que se han unido a la campaña del presidente Donald Trump para llevar a cabo deportaciones masivas ha aumentado a más de 500, y casi la mitad están en Florida.
Esa cooperación se pondrá de manifiesto el jueves, cuando el gobernador del estado, Ron DeSantis, se una a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos para promocionar una operación que, según las autoridades, resultó en alrededor de 800 arrestos de migrantes en menos de una semana.
La policía local puede arrestar a migrates y detenerlos por incumplimiento de las leyes migratorias en virtud de acuerdos específicos. En diciembre, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) tenía 135 acuerdos en 21 estados. Ahora se han incrementado a 506 en 38 estados, con otras 74 agencias pendientes de aprobación.
A medida que el gobierno de Trump intensifica la cooperación con agencias estatales y locales, da pasos para tomar represalias contra aquellas que limitan su ayuda a las autoridades migratorias. El presidente firmó el lunes una orden ejecutiva para publicar una lista de jurisdicciones “santuario” y reiteró sus amenazas de presentar cargos penales contra funcionarios estatales o locales que obstaculicen a la política federal.
Quienes se oponen a que los funcionarios locales se involucren en la aplicación de las normas migratorias sostienen que la práctica viola una cláusula de la Constitución que atribuye la responsabilidad de hacerlo a las autoridades federales, no a las estatales.
“Se están encontrando métodos para aterrorizar a las comunidades”, dijo Katie Blankenship, abogada de inmigración y cofundadora de Sanctuary of the South, que agregó que los agentes locales no están capacitados para manejar asuntos migratorios “de manera justa”.
Objetivos de deportación de Trump, demasiado grandes para ICE
ICE, que cuenta con alrededor de 6.000 agentes de deportación, necesita ayuda para lograr el objetivo de Trump de expulsar del país a muchos de los aproximadamente 11 millones de personas que no tienen la documentación en regla, de acuerdo con estimaciones conservadoras.
Texas, cuyo gobernador republicano, Greg Abbott, es un estrecho aliado de Trump en materia de migración, tiene registrados 76 acuerdos que lo convierten en el segundo estado con más pactos. Incluyen uno firmado el 10 de abril con la Guardia Nacional estatal. Además, ha alcanzado otro con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para que sus efectivos de la Guardia Nacional practiquen detenciones en la frontera.
Georgia y Carolina del Norte también se han unido a la causa de Trump, pero ningún estado se acerca al nivel de cooperación de Florida, donde se han adherido agencias de los 67 condados. Algunas de las instituciones participantes parecen tener, en el mejor de los casos, poco que ver con la aplicación de la ley de inmigración, como el Departamento de Lotería y la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre.
Durante el gobierno del expresidente Joe Biden no se firmó ningún acuerdo de este tipo. Muchos de los nuevos pactos se ajustan a un “modelo de fuerza operativa” por el cual la policía arresta a migrantes en calles y en comunidades, en lugar de al “modelo de aplicación de la ley en cárceles” por el cual ICE solo aprehende a personas que ingresan en cárceles o prisiones estatales y locales.
Según las autoridades en Florida, muchas agencias locales todavía están esperando capacitación federal. Sin embargo, las últimas detenciones de ICE, dentro de lo que la agencia ha bautizado como “Operación ola gigante”, muestran cómo pueden aumentar los roles estatales y locales.
Unos 80 oficiales de la Patrulla de Carreteras de Florida participaron en un operativo contra gente en Jacksonville, Orlando y Tallahassee, así como en los condados de Broward y Miami-Dade, explicó Bill Smith, presidente de la sección de la FHP de la Asociación Benéfica de la Policía de Florida. Un portavoz de la Patrulla de Carreteras no respondió a preguntas.
Las autoridades se centraron en personas con órdenes definitivas de deportación y detuvieron a otras con órdenes de arresto pendientes por delitos anteriores, como conducir bajo los efectos del alcohol o sin licencia, agregó Smith.
”¡Florida lidera el país en cooperación activa con el gobierno de Trump para la aplicación de la ley de inmigración y operaciones de deportación!”, manifestó DeSantis después de que ICE anunciara los arrestos el sábado.
Algunos defensores de los inmigrantes señalaron que la mayoría de las detenciones fueron realizadas por policías locales y patrulleros estatales, no por ICE. Los afectados fueron arrestados durante controles de tráfico o a la salida del trabajo. Algunos no tenían antecedentes penales y habían solicitado asilo, o tenían permiso de trabajo, según los activistas.
Una familia destrozada de repente
Jessica Ramírez, coordinadora general de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Florida, apuntó que la mayoría de los arrestados eran hombres. En algunos casos, aunque no muchos, los funcionarios de ICE llamaron a sus casas, añadió.
“La gente tiene muchísimo miedo de salir y manejar, miedo a la policía”, dijo Ramírez. “La recomendación es que manejen con precaución, siguiendo las reglas, y no den motivos para que la policía los pare”.
Chica, una mujer guatemalteca de 25 años que pidió ser identificada únicamente por su primer nombre por temor a ser detenida, contó que Fernando, su pareja y padre de su bebé de tres meses, fue detenido el viernes por la mañana mientras iba en un auto con otros tres inmigrantes hacia su trabajo en la construcción. No ha sabido de él desde entonces.
“Amor, la policía nos agarró”, le escribió Fernando, un guatemalteco de 20 años, el viernes a las 7:47 de la mañana
Chica apuntó que tenía una solicitud de asilo pendiente y permiso de trabajo. La policía le pidió al conductor del vehículo que mostrara su licencia, pero no tenía. Los agentes detuvieron entonces a los cuatro ocupantes, incluyendo Fernando, que llegó a Estados Unidos solo en 2020.
“Me preocupa mucho. No puedo creer que lo hayan agarrado”, contó China, que ahora está considerando regresar a Guatemala. “Me da miedo que lo deporten y yo me quede aquí sin la ayuda de nadie”
Grady Judd, jefe de la policía del condado de Polk, en el centro de Florida, calificó el operativo como una “gota en el océano” y expresó su frustración con lo que calificó como la incapacidad del gobierno federal para llevar a cabo arrestos y deportaciones a mayor escala.
“La razón por la que creo que se estaban enfocando en aquellos listos para ser deportados es que no hay lugar para poner a tanta gente”, afirmó Judd. “Estamos ansiosos por cooperar con ellos. Pero es un sistema y proceso del gobierno federal. Y no está cambiando muy rápido”.
Payne informó desde Tallahassee, Florida.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
GISELA SALOMON is a Miami-based reporter who covers Latin America and immigration affairs for The Associated Press.
Salomon es una periodista que desde Miami cubre asuntos latinoamericanos y de inmigracion.
KATE PAYNE writes about state government and education and is based in Tallahassee, FL. She is a Report for America corps member.
(AP Foto/Rebecca Blackwell, archivo)
POR  GISELA SALOMON and KATE PAYNE
Economia empresasLa economía estadounidense se contrajo a un ritmo anual del 0,3 % entre enero y marzo, la primera caída en tres años, debido a que las guerras comerciales del presidente Donald Trump afectaron negativamente a las empresas. El crecimiento del primer trimestre se vio frenado por un aumento repentino de las importaciones, ya que las empresas estadounidenses intentaron importar productos extranjeros antes de que Trump impusiera aranceles masivos .
La caída del producto interno bruto (PIB) —la producción nacional de bienes y servicios— entre enero y marzo revirtió un aumento del 2,4 % en los últimos tres meses de 2024. Las importaciones crecieron a un ritmo del 41 %, el más rápido desde 2020, y restaron 5 puntos porcentuales al crecimiento del primer trimestre. El gasto del consumidor también se desaceleró drásticamente, pasando del 4 % registrado en octubre-diciembre del año pasado al 1,8 %. El gasto del gobierno federal se desplomó un 5,1 % en el primer trimestre.
Los analistas encuestados por la firma de datos FactSet esperaban, en promedio, que la economía lograra un crecimiento del 0,8% en el primer trimestre, pero muchos esperaban que el PIB cayera.
Los mercados financieros se desplomaron tras el informe. El Dow Jones se desplomó 400 puntos al inicio de la sesión, poco después de la publicación de las cifras del PIB. El S&P 500 cayó un 1,5 % y el Nasdaq Composite, un 2 %.
Es probable que el aumento de las importaciones, el más rápido desde 1972, exceptuando las perturbaciones económicas causadas por la COVID-19, se revierta en el segundo trimestre, lo que aliviará el peso del PIB. Por ello, Paul Ashworth, de Capital Economics, pronostica que el crecimiento entre abril y junio repuntará hasta alcanzar un aumento del 2 %.
Los déficits comerciales reducen el PIB. Pero eso es principalmente una cuestión de matemáticas. Se supone que el PIB solo contabiliza lo producido internamente. Por lo tanto, las importaciones —que el gobierno contabiliza como gasto de consumo en el informe del PIB cuando se compra, por ejemplo, chocolate suizo— deben restarse para evitar que inflen artificialmente la producción nacional.
Y otros aspectos del informe del PIB del miércoles sugirieron que la economía lucía sólida a principios de año.
Una categoría dentro de los datos del PIB que mide la fortaleza subyacente de la economía aumentó a una saludable tasa anual del 3% entre enero y marzo, frente al 2,9% del cuarto trimestre de 2024. Esta categoría incluye el gasto del consumidor y la inversión privada, pero excluye elementos volátiles como las exportaciones, los inventarios y el gasto público.
Aun así, muchos economistas dicen que los enormes impuestos a las importaciones de Trump —la forma errática en que los ha implementado— dañarán el crecimiento en la segunda mitad del año y que los riesgos de recesión están aumentando.
“Creemos que la desaceleración económica se agravará en el segundo semestre de este año”, escribió Carl Weinberg, economista jefe de High Frequency Economics. “La incertidumbre corrosiva y el aumento de impuestos (los aranceles son un impuesto a las importaciones) volverán a arrastrar el crecimiento del PIB a números rojos para finales de este año”.
El informe del miércoles también mostró un aumento de precios que probablemente preocupará a la Reserva Federal, que aún intenta frenar la inflación tras un intenso repunte de la pandemia. El indicador de inflación predilecto de la Fed —el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE)— aumentó a una tasa anual del 3,6%, frente al 2,4% del cuarto trimestre. Excluyendo los precios volátiles de los alimentos y la energía, la denominada inflación subyacente del PCE registró un 3,5%, en comparación con el 2,6% de octubre a diciembre. El banco central aspira a una inflación del 2%.
Las cifras del PIB del primer trimestre "ponen de relieve la difícil situación de la Reserva Federal", escribió Ryan Sweet, de Oxford Economics, en un comentario. La Fed debe sopesar si recortar los tipos de interés para impulsar el crecimiento económico o mantenerlos elevados debido a la elevada inflación. "La economía se mantuvo prácticamente estancada durante los tres primeros meses del año, mientras que el crecimiento de la inflación general y subyacente se aceleró, lo que avivó la preocupación por la estanflación".
Trump heredó una economía sólida que creció de forma sostenida a pesar de las altas tasas de interés impuestas por la Reserva Federal en 2022 y 2023 para combatir la inflación. Sus políticas comerciales erráticas, incluyendo aranceles del 145% a China, han paralizado las empresas y amenazado con subir los precios y perjudicar a los consumidores.
Los demócratas se apresuraron a culpar a Trump de interrumpir varios años de sólido crecimiento económico. La senadora demócrata Elizabeth Warren, de Massachusetts, declaró: «A 100 días de su presidencia, los aranceles de luz roja y luz verde de Donald Trump están conteniendo nuestra economía, y las empresas están acumulando importaciones en previsión del fin del mundo de los aranceles».
Está surgiendo evidencia potencial de que el sólido mercado laboral, un pilar de la economía estadounidense durante la recesión pandémica, podría estar debilitándose.
El miércoles, la empresa proveedora de nóminas ADP informó que las empresas crearon solo 62.000 empleos en abril, aproximadamente la mitad de lo previsto, y una reducción con respecto a los 147.000 de marzo. Esto podría indicar que las empresas están adoptando una estrategia más cautelosa en la contratación ante la incertidumbre sobre los aranceles. Aun así, las cifras de ADP suelen diferir de los informes de empleo del gobierno, que se publican el viernes.
Los empleadores de los sectores de la educación y la salud, las tecnologías de la información y los servicios empresariales y profesionales recortaron puestos de trabajo. Estos últimos incluyen sectores como la ingeniería, la contabilidad y la publicidad.
“Inquietud es la palabra del día”, dijo Nela Richardson, economista jefe de ADP. “Puede ser difícil tomar decisiones de contratación en un entorno así”.
Christopher Rugaber ha cubierto la Reserva Federal y la economía estadounidense para AP durante 16 años. Ha sido dos veces finalista del premio Gerald Loeb de periodismo empresarial.
(Foto AP/Ng Han Guan, Archivo)
Confianza consumidorWASHINGTON (AP) — La confianza de los estadounidenses en la economía se desplomó por quinto mes consecutivo al nivel más bajo desde el inicio de la pandemia de COVID-19, ya que la ansiedad por el impacto de los aranceles afecta gravemente las expectativas de los consumidores sobre el crecimiento futuro.
The Conference Board dijo el martes que su índice de confianza del consumidor cayó 7,9 puntos en abril a 86, su lectura más baja desde mayo de 2020.
Las cifras reflejan un rápido deterioro del ánimo entre los consumidores, la mayoría de los cuales prevé un aumento de precios debido a los aranceles generalizados impuestos por el presidente Donald Trump. Aproximadamente la mitad de los estadounidenses también están preocupados por la posibilidad de una recesión, según una encuesta de The Associated Press-NORC Center .
En los próximos días y semanas se aclarará cómo se refleja este pesimismo en el gasto, la contratación y el crecimiento. El miércoles, el gobierno informará sobre el crecimiento económico de EE. UU. durante el primer trimestre del año, y los economistas creen que mostrará una fuerte desaceleración, ya que los consumidores redujeron su gasto tras una intensa temporada de compras navideñas.
El viernes, el Departamento de Trabajo publicará su último informe sobre contratación y tasa de desempleo. En general, los economistas esperan que siga mostrando un crecimiento constante del empleo, aunque algunos pronostican una fuerte reducción en la contratación.
Christopher Rugaber ha cubierto la Reserva Federal y la economía estadounidense para AP durante 16 años. Ha sido dos veces finalista del premio Gerald Loeb de periodismo empresarial.
(Foto AP/Richard Drew)
Los inmigrantesPANHANDLE, Texas (AP) — El conductor del camión corta el césped en una tarde ventosa, en un pueblo tan tranquilo que se pueden hacer caminatas vespertinas por el medio de Main Street.
Kevenson Jean se marcha al día siguiente para otro largo viaje y quiere que la casa de dos habitaciones que comparte con su esposa en el pueblo del Panhandle de Texas, apropiadamente llamado Panhandle, esté impecable. Así que, después de cortar el césped, arranca con cuidado el césped de alrededor de los mástiles de su jardín delantero. Uno sostiene la bandera haitiana, el otro, la estadounidense. Ambas se están desvaneciendo con el sol.
La joven pareja, que huyó de la violencia que asola Haití , pensó hasta hace unos meses que podía ver el sueño americano, en algún lugar a lo lejos.
Ahora están atrapados en la confusión y el miedo que se extiende por las comunidades inmigrantes que pueblan esta región. Los recién llegados han venido aquí durante generaciones para trabajar en las inmensas plantas empacadoras de carne que surgieron a medida que el estado se convertía en el principal productor de ganado del país . Pero después de que el presidente Donald Trump tomara medidas para eliminar las vías legales que inmigrantes como los Jeans han utilizado, su futuro, así como el de las comunidades e industrias de las que forman parte, es incierto.
"No somos delincuentes. No estamos robando empleos estadounidenses", dijo Jean, cuyo trabajo transportando carne y otros productos ya no atrae a tantos conductores nacidos en Estados Unidos como antes.
Ha estado ganando más dinero del que jamás imaginó. Ha descubierto el placer de la cerveza Bud Light, la pesca y los Dallas Cowboys. Cuando no está en uno de sus dos trabajos de servicio de comidas, su esposa, Sherlie, mejora su inglés leyendo novelas románticas de bolsillo, con las portadas llenas de mujeres deslumbrantes.
“Hicimos todo lo que nos pidieron que hiciéramos y ahora nos tienen en la mira”.
“Sal de los Estados Unidos”
El mensaje fue contundente.
“Es hora de que abandonen los Estados Unidos”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional en un correo electrónico a principios de abril a algunos inmigrantes que tenían permiso legal para vivir en el país. “No intenten permanecer en los Estados Unidos: el gobierno federal los encontrará”.
Esto es lo que Trump había prometido durante mucho tiempo
La inmigración a Estados Unidos, tanto legal como ilegal , aumentó durante la administración Biden, y Trump convirtió eso en una visión apocalíptica que resultó poderosa entre los votantes .
La retórica de la Casa Blanca se ha centrado en la inmigración ilegal y en el número relativamente pequeño de inmigrantes que, según afirman, pertenecen a pandillas o han cometido delitos violentos. Sin embargo, la administración Trump también ha intentado eliminar muchas vías legales para que los inmigrantes ingresen a Estados Unidos y revocar el estatus migratorio temporal de cientos de miles de personas que ya se encuentran aquí, argumentando que no se ha investigado adecuadamente a las personas.
Jean se encuentra entre los aproximadamente 2 millones de inmigrantes que viven legalmente en Estados Unidos con algún tipo de estatus migratorio temporal. La mayoría ha huido de países con graves problemas: Haití, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Afganistán, Myanmar y Sudán. Muchos tienen permiso para trabajar en Estados Unidos, tener empleo y pagar impuestos.
Jean se muestra comprensivo en ciertos aspectos con la represión de la inmigración.
“Respeto lo que dice la Casa Blanca”, dijo. “Están trabajando para que Estados Unidos sea más seguro”.
Pero diré que no todos los inmigrantes son pandilleros. No todos los inmigrantes son como los delincuentes. Algunos, como mi esposa y yo, y otras personas, vienen aquí solo para tener una vida mejor.
El gobierno informó a más de 500.000 cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos que perderían su estatus legal el 24 de abril, aunque un juez lo suspendió . Está previsto que unos 500.000 haitianos pierdan otro estatus de protección en agosto.
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“Es obvio que nos necesitan”
Las directivas gubernamentales y las batallas judiciales subsiguientes han dejado a muchos inmigrantes sin saber qué hacer.
“Es todo tan confuso”, dijo Lesvia Mendoza, una maestra de educación especial de 53 años que llegó con su esposo desde Venezuela en 2024 y se mudó con su hijo que vive en Amarillo, la ciudad más grande del Panhandle, y que está en proceso de obtener la ciudadanía estadounidense.
Ella no entiende por qué la represión migratoria afecta a personas como ella, que llegaron legalmente y nunca recibieron asistencia del gobierno.
En imágenes: Los inmigrantes que trabajan legalmente en el Panhandle de Texas enfrentan incertidumbre
"Sé que dice: 'Estados Unidos para los estadounidenses'", dijo. "¿Pero todos los empleos, toda la producción que se genera gracias a los inmigrantes? Es obvio que nos necesitan".
Ella dijo que abandonará los EE.UU. si se le ordena.
Otros no están tan seguros.
“De verdad no puedo regresar”, dijo una mujer haitiana que pidió ser identificada solo como Nicole por temor a ser deportada. “Ni siquiera es una decisión”.
Trabaja en una planta empacadora de carne, deshuesando reses por más de 20 dólares la hora. Recibió el mensaje de Seguridad Nacional, pero insiste en que no puede referirse a alguien que haya cumplido las leyes como ella, y señala una frase que exime a quienes "han obtenido una base legal para permanecer".
Un pueblo llamado Cactus
En lo profundo de Panhandle, donde el ganado pasta en una pradera aparentemente interminable salpicada de bombas de extracción de petróleo oxidadas, se encuentra la ciudad de Cactus.
Una mezquita de madera con cúpula dorada se encuentra entre calles de casas móviles deterioradas e iglesias para católicos, bautistas y nazarenos. Hay un restaurante somalí, una tienda de comestibles centroamericanos y un restaurante tailandés de comida para llevar.
En el Mercado Golden Lotus, puedes comprar café instantáneo vietnamita y una bebida de cereales de Myanmar. Un folleto pegado a la entrada de la tienda, escrito en inglés, español y birmano, anuncia una nueva liga deportiva juvenil: "¿Te gusta jugar al béisbol?".
“Aquí se encuentran personas de todo tipo”, dijo Ricardo Gutiérrez, quien creció en Cactus. “Tengo amigos birmanos, cubanos, colombianos, de todos los tipos”.
A veces, cuando sopla el viento, el olor acre del matadero alerta al mayor empleador del pueblo. La planta empacadora de carne, con más de 3700 trabajadores, es propiedad de JBS, el mayor productor de carne de vacuno del mundo.
La pérdida de mano de obra inmigrante sería un golpe para la industria.
“Volveremos a esta situación de rotación constante”, dijo Mark Lauritsen, director de la división de envasado de carne del Sindicato Internacional de Trabajadores de la Alimentación y el Comercio, que representa a miles de trabajadores del Panhandle. “Eso suponiendo que tengamos mano de obra para reemplazar la que estamos perdiendo”.
Se cree que casi la mitad de los trabajadores de la industria cárnica son de origen extranjero. Los inmigrantes han encontrado trabajo en los mataderos desde hace mucho tiempo, desde al menos finales del siglo XIX, cuando multitudes de europeos —lituanos, sicilianos, judíos rusos y otros— llenaron el barrio de Packingtown de Chicago.
Las plantas del Panhandle estaban originalmente dominadas por mexicanos y centroamericanos. Dieron paso a oleadas de personas que huían de la pobreza y la violencia en todo el mundo, desde Somalia hasta Cuba.
Después de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos realizó una operación masiva en las plantas empacadoras de carne Swift & Co. en 2006 y detuvo a cientos de trabajadores, el matadero Cactus, ahora propiedad de JBS, contrató cada vez más a refugiados y solicitantes de asilo con permiso legal para vivir y trabajar en Estados Unidos.
El salario inicial es de aproximadamente 23 dólares por hora. No se requiere saber inglés, en parte porque el ruido estruendoso de las máquinas suele implicar que la comunicación se realiza con señales manuales.
Lo que se requiere es la voluntad de realizar un trabajo físicamente exigente.
Fue la planta JBS la que trajo a Idaneau Mintor a Cactus, donde trabaja en el turno nocturno en medio de sangre y violencia incesantes.
“Todas las mañanas matan las vacas y por la noche entro a limpiar el equipo”, dice rotundamente.
Una vida solitaria
Mintor vive en la cercana Dumas, en una pequeña casa de una planta dividida en tres apartamentos de una habitación. Gana unos 2400 dólares al mes y paga unos 350 dólares por un colchón individual en el suelo de la sala y una silla donde puede apilar su ropa. Su compañero de piso se queda con la habitación.
Dice que a veces le resulta imposible dormir, pues le preocupa la numerosa familia que mantiene en Haití y si le cancelarán el permiso de trabajo. En la encimera de la cocina hay montones de recibos de las transferencias de dinero que ha enviado a casa.
Lleva aquí 11 meses y no puede concebir que lo devuelvan. "Sigo las reglas", dijo. "Lo respeto todo".
No tiene verdaderos amigos y no sale por miedo a meterse en problemas.
“Me paso el día entero sin hacer nada, pensando”, dijo, apoyado en las paredes de estuco de la casa, junto a los estacionamientos de concreto que antes eran el patio delantero. “Así que me alegro cuando llega la hora de ir a trabajar y tengo algo que hacer”.
¿El último botín?
El sol apenas estaba sobre el horizonte cuando el camionero Kevenson Jean empacó algo de ropa, cerró la maleta y se preparó para lo que pensó que sería su última carrera.
Él y su esposa llegaron a los EE. UU. en 2023, patrocinados por una familia de Panhandle cuya pequeña organización sin fines de lucro lo empleó para dirigir una escuela y un centro de alimentación para niños en la zona rural de Haití.
Se suponía que los Jeans tendrían al menos dos años para quedarse y trabajar en Estados Unidos, y esperaban eventualmente obtener la ciudadanía. Pero en marzo les informaron que el permiso de trabajo de Kevenson vencía el 24 de abril. Una orden judicial posterior dejó incluso a muchos empleadores con la incertidumbre de si los trabajadores podrían seguir trabajando.
Kevenson había ido a la escuela de camiones después de llegar a los EE. UU. y se enamoró perdidamente de una Kenilworth.
El camión lo había llevado por inmensos territorios de Estados Unidos, le había enseñado sobre la nieve, los peligros de los vientos fuertes y el protocolo en las paradas de camiones. Su empleador es el dueño del camión, pero él lo entiende como nadie.
“Será mi última semana con mi bebé”, dijo Jean con la voz llena de tristeza.
Parecía miserable mientras hacía sus controles: aceite, cables, frenos.
Finalmente, se sentó en el asiento del conductor, se quitó la gorra de béisbol y oró, como siempre hace antes de partir.
Luego volvió a ponerse el sombrero, se abrochó el cinturón de seguridad y se alejó, rumbo al oeste por la Ruta 60.
Días después, le dijeron que podía conservar su trabajo.
Nadie podía decirle cuánto duraría ese indulto.
Puede comunicarse con Tim Sullivan en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y http://x.com/ByTimSullivan
(Foto AP/Eric Gay)
Por  TIM SULLIVAN
Casa BlancaWASHINGTON (AP) — La Casa Blanca dio inicio el lunes a una celebración de una semana por los primeros 100 días de Donald Trump como presidente, centrándose en sus estrictas restricciones fronterizas, un área de relativa fortaleza para el mandatario en un momento en que los más recientes sondeos arrojan señales de alerta.
En el césped de la Casa Blanca se colocaron carteles con fotos de inmigrantes acusados de delitos como violación y asesinato, posicionados de tal manera que aparecieran en el fondo de las transmisiones televisivas fuera del Ala Oeste. Tom Homan, zar fronterizo de Trump, dijo a los periodistas que ha habido un "éxito sin precedentes” en materia de seguridad fronteriza y “vamos a seguir haciéndolo, a toda velocidad”.
La inmigración es el tema principal de Trump en las encuestas de opinión pública, y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, dijo en una conferencia matutina que el gobierno está en “las etapas iniciales de llevar a cabo la campaña de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”.
Según la Casa Blanca, aproximadamente 139.000 personas han sido deportadas hasta ahora. Las deportaciones han quedado rezagadas ocasionalmente respecto a las cifras del expresidente Joe Biden, pero los funcionarios de Trump aseguran que la comparación no es válida, porque actualmente hay muchas menos personas que cruzan la frontera.
Más tarde el lunes, Leavitt realizó una segunda conferencia exclusivamente para “nuevos medios” de comunicación, donde influencers de redes sociales afines con Trump hicieron preguntas cómodas y aplaudieron al final.
Trump cumplirá el martes 100 días en el cargo, y el republicano planea celebrar el acontecimiento en Michigan, donde realizará un mitin en el condado de Macomb, un centro automotriz al norte de Detroit. Después de viajar relativamente poco en lo que va de su presidencia, Trump también pronunciará un discurso de graduación el jueves en la Universidad de Alabama.
Trump también está realizando una serie de entrevistas programadas para coincidir con los 100 días de mandato, incluida una en el Despacho Oval con la cadena ABC News que se transmitirá el martes por la noche. También ha hablado con periodistas de la revista The Atlantic, una publicación a la que ha atacado frecuentemente por sus reportajes.
Trump señaló a The Atlantic que se siente más poderoso en su segundo mandato en la Casa Blanca. Su gobierno está lleno de simpatizantes, y se ha vuelto aún más confrontacional con un sistema judicial que a veces actúa como contrapeso sobre su agenda.
“La primera vez, tenía dos cosas que hacer: dirigir al país y sobrevivir; tenía a todos estos tipos corruptos”, dijo. “Y la segunda vez, dirijo al país y al mundo”.
Los presidentes han celebrado los primeros 100 días de su gobierno desde que Franklin Delano Roosevelt tomó medidas expeditas para contrarrestar la Gran Depresión después de asumir el cargo en 1933.
Trump no estaba tan entusiasmado con la idea durante su primer mandato, cuando fue acosado por reveses, investigaciones y cambios en sus filas, en ese momento llamando al hito de los 100 días “una barrera artificial”.
Pero ahora está tratando de aprovechar el momento para marcar la ambiciosa agenda que ha perseguido en sus primeros meses. Leavitt dijo que Trump ya había firmado casi tantas órdenes ejecutivas como lo hizo Biden durante todo su mandato.
Pero muchos estadounidenses creen que Trump se ha centrado en las prioridades equivocadas.
Los estadounidenses tienen casi el doble de probabilidades de decir que Trump se ha centrado en las prioridades equivocadas que de decir que se ha centrado en las correctas, según una encuesta de la AP y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos. Además, únicamente alrededor de la mitad de los republicanos dicen que ha tenido el enfoque correcto a grandes rasgos. Otro cuarta parte de los republicanos dice que ha sido una mezcla de prioridades correctas e incorrectas, y alrededor de uno de cada 10 dice que se enfoca en las cuestiones equivocadas.
Y entre los propios seguidores de Trump, la proporción de republicanos que dicen que ha sido al menos un “buen” presidente ha caído alrededor de 10 puntos porcentuales desde enero.
Otras encuestas realizadas en las últimas semanas han encontrado niveles similares de insatisfacción con los primeros meses del mandato de Trump, particularmente con sus políticas económicas y su enfoque hacia los aranceles.
Trump arremetió contra los resultados en las redes sociales como: “Encuestas falsas de organizaciones de noticias falsas”.
A medida que ha impulsado medidas contra la inmigración ilegal, Trump ha atraído críticas por forzar los límites del poder ejecutivo, atacado a jueces que han fallado en su contra, enviado a cientos de presuntos miembros de pandillas venezolanas a una mega-prisión en El Salvador desafiando una orden judicial y no ha cumplido con una orden de la Corte Suprema de que su gobierno debe facilitar el regreso de Kilmar Ábrego García, quien fue deportado por error a El Salvador.
Sus planes para llevar a cabo una deportación masiva aún no se han concretado, pero la Casa Blanca está intensificando los esfuerzos para alentar a las personas que están en el país ilegalmente a “auto-deportarse”, con acciones que incluyen multas más severas e incentivos para irse, incluyendo pasajes aéreos y estipendios.
Su gobierno ha señalado la fuerte caída en el número de cruces ilegales de la frontera como un signo temprano y significativo de éxito.
Horas más tarde el lunes, Trump firmó dos órdenes relacionadas con la inmigración, incluida una que instruye a funcionarios estatales y federales a publicar una lista de jurisdicciones de “santuario”.
La periodista de The Associated Press Linley Sanders contribuyó a este despacho.
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
MICHELLE L. PRICE covers the White House. She previously covered the 2024 presidential campaign and politics, government and other news in New York, Nevada, Utah and Arizona. She is based in Washington.
CHRIS MEGERIAN covers the White House for The Associated Press. He previously wrote about the Russia investigation, climate change, law enforcement and politics in California and New Jersey.
(AP Foto/Mark Schiefelbein)

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