
Las imágenes de cuerpos ardiendo en piras al aire libre en el peor momento de la pandemia en India horrorizaron al mundo en mayo, pero en las dos últimas semanas, estas tres naciones del sudeste asiático han superado la tasa máxima de mortalidad per cápita de India mientras la nueva ola del coronavirus, avivada por la virulenta variante delta, asola la región.
Los decesos llegan después de que todos los países de la zona hayan registrado una cifra récord de casos que han dejado a los sistemas de salud luchando por hacer frente a la situación y a los gobiernos tratando de imponer nuevas restricciones para intentar frenar la propagación.
Una serie de factores han contribuido a esta ola en la región, incluyendo la fatiga pandémica, que hace que la gente olvide las precauciones; las bajas tasas de vacunación y la aparición de la variante delta, detectada por primera vez en India, dijo Abhishek Rimal, coordinador de emergencias sanitarias de Cruz Roja para Asia-Pacífico, desde Malasia.
En Malasia, las medidas de confinamiento no han logrado reducir la tasa diaria de contagios. El país, con unos 32 millones de habitantes, superó por primera vez la barrera de las 10.000 infecciones por día el 13 de julio y no ha vuelto a bajar de esa cifra.
La tasa de vacunación, aunque sigue siendo baja, ha aumentado y casi el 15% de la población está totalmente inoculada. El gobierno espera que la mayoría hayan recibido la vacuna a final de año.

El primer ministro designado, Ariel Henry, rindió juramento en reemplazo del primer ministro interino, Claude Joseph, quien asumió las riendas del gobierno haitiano con el apoyo de la policía y el ejército después del ataque del 7 de julio en la residencia privada de Moïse.
“Soy de una escuela que cree en el diálogo”, dijo Henry al pedir unidad y prometer reunirse con varios sectores en los próximos días para crear consenso. “El pueblo haitiano es la solución a la crisis”.
Henry, neurocirujano de profesión y exministro del gabinete, se ha comprometido a crear un gobierno consensual provisional para dirigir al país hasta que se celebren elecciones. Dijo que ya se reunió con varios personajes de la esfera política nacional, de la sociedad civil y del sector privado.
El gobierno dio a conocer los nombres que conformarán el gabinete de Henry. Los ministros de Justicia, Economía, Finanzas, Agricultura, entre otros, conservarán sus cargos.
En el patio del Museo del Panteón Nacional, en el centro de Puerto Príncipe, una multitud de dignatarios internacionales y funcionarios haitianos se reunieron a la sombra de una buganvilia para conmemorar a Moïse, cuyo asesinato conmocionó a la nación.
Un enorme retrato del presidente asesinado colgaba detrás de Joseph mientras él se dirigía a los dolientes. “El presidente está muerto por sus convicciones políticas y sociales”, declaró.

El número supera la marca anterior de 416 personas fijada en septiembre de 2020, indicó el martes la PA, a pesar de que la secretaria británica de Interior prometió hacer “inviables” los cruces del canal, que suelen salir desde Francia.
En un día de buen tiempo, unas 50 personas llegaron en una sola embarcación a Dungeness, en el condado suroriental de Kent. Se creía que el barco zarpó el lunes desde el norte de Francia o de Bélgica antes de atravesar la ruta naviera más transitada del mundo, que en su punto más estrecho mide unos 32 kilómetros (20 millas).
La Institución Nacional de Botes Salvavidas siguió el avance del barco cuando se acercó a la costa, hasta su llegada a una playa en torno a las 13:00.
El Parlamento empezó a debatir el lunes una amplia reforma del sistema británico de asilo. La exprimera ministra Theresa May advirtió contra la perspectiva de que Gran Bretaña envíe a los solicitantes de asilo a centros de procesamiento fuera de la isla.
Bella Sankey, directora del grupo benéfico Detention Action, describió la Ley de nacionalidad y fronteras como una “propuesta de ley contra refugiados” y parte de un “teatro político que ni siquiera pretende abordar el problema o hacer nuestro sistema seguro, justo o eficiente”.
“Necesitamos un mecanismo que permita que los refugiados que llegan a la frontera británica en Francia reciban paso seguro, y hasta que lo tengamos, todo lo demás es ruido y distracción”, añadió Sankey.

El profesor izquierdista de 51 años dijo en la víspera a sus simpatizantes que su mandato será “inclusivo, justo y libre”. La semana pasada comentó que “priorizará un crecimiento que no se aparte del desarrollo social y de la reconquista de derechos laborales, ecológicos, sociales y económicos”.
Debido al impacto económico por el nuevo coronavirus, la tercera parte del país es pobre y unos 10 millones viven con 98 dólares mensuales, de acuerdo con cifras oficiales. También se han perdido millones de puestos de trabajo y han quebrado miles de pequeñas y medianas empresas.
No se sabe quiénes dirigirán instituciones claves para los inversionistas, como el Ministerio de Economía o el Banco Central, cuyo presidente Julio Velarde ha dirigido la entidad por más de 14 años y ha dicho hace algunas semanas que “va a pensar” la propuesta de Castillo para continuar en el cargo.
Los empresarios no conocen al presidente electo y lo miran con desconfianza. Oscar Caipó, presidente del gremio más importante de empresarios en Perú, dijo a la televisora pública que para seguir “creciendo se necesita inversión, que requiere estabilidad, confianza y estado de derecho”.
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings dijo que la victoria del profesor rural “aumenta la incertidumbre de la política económica, ya que el presidente electo aún no ha definido las prioridades políticas claves de su amplia plataforma de campaña, de tendencia izquierdista”.

Las autoridades electorales proclamaron su triunfo un mes y medio después de los comicios del 6 de junio, luego de que se desecharan las acusaciones de fraude impulsadas por Fujimori. Tras el conteo del 100% de los sufragios, Castillo se ubicó primero con 50.126%, por encima de Fujimori, quien obtuvo 49.874%. El presidente electo asumirá el puesto el 28 de julio, en que se celebra el Bicentenario de Perú.
“Ha llegado el momento de llamar a todos los sectores de la sociedad para construir unidos, en este Bicentenario, un Perú inclusivo, un Perú justo, un Perú Libre. Sin discriminación y por los derechos y todos y todas”, dijo Castillo en su cuenta de Twitter.
Dirigió también su convocatoria a “los pueblos afro, costeños, andinos y amazónicos, a la clase trabajadora y sus gremios, a las comunidades nativas, campesinas y a toda la sociedad para hacer de esta patria hermosa. Hoy, hermanas y hermanos, inicia una nueva etapa en nuestra historia”.
Empuñando un lápiz del tamaño de un bastón, símbolo de su partido marxista Perú Libre, popularizó una frase atractiva —“no más pobres en un país rico”— entre los empobrecidos del país con la mayor tasa global de mortalidad per cápita por coronavirus y segundo productor mundial de cobre.
Castillo promete usar los ingresos de la minería y los hidrocarburos para mejorar los servicios públicos, entre ellos la salud y la educación, luego de que la pandemia puso al descubierto su pésima calidad y dejó en la pobreza a unas 10 millones de personas, casi la tercera parte de los habitantes del país, haciendo retroceder los avances de una década.
“Los que no tienen carro al menos una bicicleta deben llegar a tener”, dijo Castillo, de 51 años, a The Associated Press a mediados de abril en su casa de adobe en Anguía, el tercer distrito más pobre de Perú, en una de las escasas entrevistas otorgadas a medios internacionales.