
Bajo la intensa lluvia que caía el jueves en Manaos, Rafael Pereira llevaba un pequeño tanque con cinco metros cúbicos de oxígeno para su suegra, ingresada en el hospital 28 de Agosto. Dijo que no quería ser entrevistado porque estaba estresado, pero pareció aliviado cuando el tanque, que dijo que le ayudarían a respirar por dos horas, más, fue llevado adentro.
Los trabajadores del hospital universitario Getúlio Vargas llevaron las botellas vacías a su proveedor de oxígeno con la esperanza de poder recuperar alguno. Normalmente, la empresa recoge los cilindros vacíos y deja otros llenos.
Pacientes desesperados en hospitales desbordados esperaban que llegara el oxígeno a tiempo, aunque para algunos ya fuese muy tarde. En al menos uno de los cementerios de Manaos, una ciudad de 2,2 millones de habitantes, una fila de afligidos familiares esperaba para entrar y enterrar a sus seres queridos. Artistas, clubes de fútbol y políticos brasileños aprovecharon su popularidad para pedir ayuda.
El ministro de Salud del país, Eduardo Pazuello, dijo el jueves que un segundo avión con suministros médicos, incluyendo oxígeno, llegará el viernes, y otros cuatro más tarde. El proveedor de oxígeno del gobierno local, la multinacional White Martins, explicó en un comunicado que estaba considerando desviar parte de su suministro a la vecina Venezuela. No estuvo claro de inmediato si esto sería suficiente para solventar la creciente crisis.

Se desplegaron equipos para vacunar a los trabajadores de salud de primera línea a lo largo y ancho del país, los cuales administraron unas 94.400 dosis. En comparación, en días previos, el promedio diario era de 4.000 inyecciones.
El país aún tiene un largo camino por recorrer. Hay 750.000 trabajadores de salud de primera línea, cada uno de los cuales requiere dos dosis.
La campaña de vacunación se intensificó un día después de que México recibió un cargamento de casi 440.000 dosis de la vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y su socio alemán BioNTech, el envío más grande hasta la fecha.

La Comisión Nacional de Salud confirmó el miércoles otros 90 casos en la provincia de Hebei, en cuya capital, Shijiazhuang, se han registrado la inmensa mayoría de los últimos contagios. En la región nororiental de Heilongjiang se reportaron 16 nuevas infecciones, y una más en la provincia de Shanxi, en el norte del país.
China, donde se detectó el coronavirus por primera vez a finales de 2019, había contenido en gran medida la propagación nacional del virus, pero los rebrotes se producen incluso durante la campaña para vacunar a 50 millones de personas hasta mediados de febrero.
El brote de Hebei preocupa especialmente por su proximidad con la capital, Beijing. Los viajes a y desde tres de sus ciudades — Shijiazhuang, Xingtai y Langfang — quedaron suspendidos y los residentes de algunas comunidades estarán confinados en sus casas la próxima semana.
Las autoridades han ordenado que los aproximadamente 10 millones de habitantes de Shijiazhuang se sometan a una segunda de ronda de pruebas de detección en un intento por aislar los focos del brote. Algunos de los contagios se han vinculado provisionalmente a bodas.
Este tipo de medidas se habían ordenado ya antes en el país, especialmente en Wuhan, donde 11 millones de personas guardaron cuarentena por 76 días el pasado invierno durante los primeros días de la pandemia.

El gobierno amplió la emergencia sanitaria y el “aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable”, como ha denominado a la estrategia que insta a los ciudadanos a cumplir con los protocolos de bioseguridad y las restricciones que ordene cada departamento.
Continuarán prohibidas las actividades públicas o privadas que impliquen aglomeraciones. Además, los mandatarios locales deberán pedir autorización al gobierno nacional para aumentar las restricciones de acuerdo al nivel de afectación por COVID-19 que presenten.
El presidente aclaró que se tomará como punto de referencia la ocupación en las unidades de cuidados intensivos para incrementar las restricciones a la movilidad y en las medidas sanitarias.
“Cuando tenemos altos niveles de positividad y de ocupación de UCI se pueden tomar medidas como la restricción de movilidad con el ‘pico y cédula’ o la venta de licor. Cuando estamos en niveles de altísima ocupación de UCI por encima del 85 y 90% se toman decisiones de mayor restricción”, aseguró Duque el miércoles en su programa televisivo sobre la pandemia.

Las primeras 2.400 dosis arribaron el martes como estaba previsto, pero los ensayos iniciales de control de calidad generaron “dudas acerca de si la vacuna fue transportada y refrigerada debidamente”, dijeron las autoridades de la capital alemana el miércoles.
Mientras tanto, las vacunaciones procederán de acuerdo con los planes con la otra vacuna, de Pfizer-BioNTech, añadieron.
El ministerio de Salud de Brandemburgo dijo a la agencia noticiosa dpa que aguardaría antes de utilizar sus primeras 2.400 dosis de la vacuna Moderna por la misma razón. En principio no estaba claro si el mismo camión realizó las entregas a Berlín y Brandemburgo.
El lunes arribaron casi 65.000 dosis de la vacuna Moderna, las que se encontraban en una instalación militar en Quakenbrueck, en el oeste del país. Desde allí se transportaban las dosis en camiones a los 16 estados alemanes.
En principio no se reportaron otros problemas y el estado de Sajonia-Anhalt inició la aplicación de la vacuna Moderna el martes, informó dpa.